Alergia
Resumen de la alergia
La alergia es una afección cada vez más común y se manifiesta en varias formas: desde el eccema al choque anafiláctico, pasando por la rinitis alérgica (por ej. fiebre del heno). Existen muchos alérgenos en el aire y el sistema inmunitario puede reaccionar de manera muy fuerte contra estas sustancias (la mayoría inofensivas).
La alergia es una reacción excesiva del sistema inmunitario a una sustancia que normalmente es inofensiva (ej. polen).
La alergia tiene un componente hereditario: muchas personas que sufren alergia tienen una sensibilidad alérgica, aunque la causa y los síntomas desarrollados pueden ser distintos de los del padre o de la madre. Ver personas con riesgo
Una persona puede ser alérgica a muchas sustancias (diferentes pólenes, alimentos, pelos de animales,…). La identificación de los alérgenos no es siempre necesaria, pero puede ser interesante para prevenir las crisis de alergia (medidas de prevención) y también reducir la alergia practicando la desensibilización, por ejemplo. Ver diagnóstico
Los síntomas de una alergia pueden parecer insignificantes e inofensivos. Sin embargo, estos últimos pueden disminuir la calidad de vida del enfermo. Una alergia desconocida y mal tratada puede evolucionar, el paciente puede desarrollar una rinitis crónica, un asma alérgica y crónica. La complicación más grave en caso de alergia es el choque anafiláctico, que puede tener consecuencias fatales. Leer complicaciones
Los métodos de prevención y de tratamiento de las alergias pasan por evitar el alérgeno y tomar medicamentos antialérgicos. La desensibilización es un método a veces eficaz, pero por desgracia, largo. Para atenuar las alergias: ver quitar las reacciones alérgicas
Algunas alergias requieren una atención muy especial. Es el caso sobre todo de la alergia a las avispas. Toda persona alérgica a las picaduras de avispas debería llevar siempre consigo misma una inyección de adrenalina, para evitar el choque anafiláctico. Saber más sobre los tratamientos de la alergia
En los buenos consejos se pueden encontrar medidas simples a tener en cuenta para prevenir las reacciones alérgicas, como el cepillado del cabello, la ventilación del dormitorio, pero a unas horas determinadas del día. Una alimentación con leche hipoalergénica es muy recomendable en los niños de padre o madre que padece de alergia.
Definición
La alergia es una reacción anormal, excesiva y específica del organismo al entrar en contacto con una sustancia extraña (alérgeno). Habitualmente las sustancias extrañas no suponen ningún problema en la mayoría de personas.
Para que la alergia tenga lugar, es necesario que exista un primer contacto entre el alérgeno y el organismo del individuo (sensibilización). Es por esa razón que a menudo el segundo contacto con el alérgeno es más problemático.
Se distinguen diferentes formas de alergia o expresiones de la alergia:
– el asma
– la dermatitis atópica, eccema atópico, el eccema (en general)
– la fiebre del heno (rinitis alérgica)
– la conjuntivitis
– la urticaria
– la alergia a medicamentos
– las alergias alimentarias (a menudo se trata de una pseudoalergia=mala digestión)
¿Cómo se desarrolla una alergia?
Cuando una persona que presenta un sistema inmunitario sensible se expone a un alérgeno, se produce una serie de acontecimientos:
1. El organismo empieza a producir anticuerpos (foto) específicos, llamados inmunoglobulinas de tipo E (IgE), para luchar contra los alérgenos (por diferentes mecanismos como la neutralización).
2. Los anticuerpos ligados a los antígenos se fijan en células llamadas mastocitos. Estas células se encuentran en gran cantidad en las vías respiratorias y en el tracto gastrointestinal, lugares donde los alérgenos intentan penetrar en el cuerpo.
3. Aquí (etapa 2) se produce la liberación de moléculas del interior de los mastocitos y son responsables de la mayoría de síntomas de la alergia (liberación de histamina…), ocasionando por ejemplo una nariz taponada y/o los ojos rojos.
Si el alérgeno se encuentra en el aire, la reacción alérgica se desarrollará en los ojos, la nariz o los pulmones. Si, de lo contrario, el alérgeno es ingerido, la reacción alérgica tendrá lugar en la boca o en el tracto gastrointestinal. De la misma manera, cuando el alérgeno entre en contacto con la piel, éste producirá reacciones dermatológicas (eccema por ejemplo).
Sin embargo, las reacciones alérgicas pueden ir más lejos de una reacción alérgica clásica y tratarse de una alergia generalizada, lo que puede traducirse con una bajada de la presión, incluso pérdida de consciencia. Este tipo de alergia grave se llama anafilaxia y a menudo necesita un tratamiento de urgencia para toda la vida (por ejemplo las personas muy alérgicas a las picaduras de abejas, deben tener siempre a mano una inyección a base de adrenalina).
Epidemiología
La mayoría de las alergias son hereditarias: se transmiten de padres a hijos. Por ejemplo, cuando uno de los padres es alérgico existe el 50 % de posibilidad de que el hijo sea también alérgico. Cuando ambos padres son alérgicos, esta probabilidad puede aumentar hasta a un 75%. Hay que señalar que los hijos heredan una tendencia a la alergia, pero no forzosamente al mismo alérgeno.
Causas
Las causas de las alergias pueden ser múltiples. La alergia se trata, en general, de una reacción excesiva a un alérgeno, como:
– Polen de árboles o de gramíneas (ver también la fiebre del heno)
– Ácaros
– Pelos de animales
– Moho (cantidades muy pequeñas son suficientes)
– Algunos alimentos
– Harina
– Látex
– Productos químicos
– Medicamentos (alergia a medicamentos)
La mayoría de los alérgenos son inhalados.
Como existe una gran variedad de alérgenos, las alergias pueden ser estacionales o no. Como ejemplo típico de una alergia estacional se puede citar le fiebre del heno (que empezará y terminará según el tipo de polen responsable de la alergia). Así que una alergia vinculada al polen de abedul empezará a finales de invierno, hacia el mes de febrero, mientras que una alergia al polen de gramíneas empezará más bien hacia el mes de mayo.
Por lo que se refiere a los alérgenos no estacionales, la alergia puede tener lugar todo el año: un simple contacto con el alérgeno ocasiona la alergia.
El conocimiento del tipo de alérgeno responsable de la alergia es importante para las medidas de prevención: es el caso sobre todo de los pólenes, de los pelos de animales, de las alergias alimentarias o medicamentosas. Hay casos en los que las alergias pueden ser problemáticas, como el caso de un panadero alérgico a la harina o el de una florista alérgica al polen de las flores.
La alergia al polvo, o más concretamente a los excrementos de ácaros, es realmente problemática y todavía más difícil de evitar.
Para las alergias a los pelos de animales, la alergia proviene en realidad de la saliva, de la orina o incluso de las células epiteliales del animal (la piel).
Un estudio interesante ha señalado que el ser concebido a principios de año hace que el futuro niño sea más alérgico. De hecho, los niños concebidos a principios de año (durante el primer trimestre en el útero se percibe la plena temporada de determinados pólenes) son más susceptibles que los otros de sufrir alergias alimentarias.
Síntomas
Los síntomas de la alergia pueden variar de un tipo de alergia a otro. Sin embargo, se pueden distinguir síntomas leves, moderados y graves.
Un síntoma leve puede ser tratado por automedicación (pedir consejo a su farmacéutico), lo que no puede hacerse para los síntomas moderados y sobre todo graves, que requieren una visita médica.
Clasificación según la gravedad de los síntomas de la alergia:
– leve: los síntomas leves son aquellos que afectan una zona localizada del organismo, por ejemplo un eccema leve en forma de rojez o de prurito, una nariz congestionada (debida a la fiebre del heno, por ejemplo), ojos rojos y/o llorosos. Estas reacciones no afectan otras partes del organismo.
– moderado: los síntomas moderados son aquellos que se pueden propagar a otras partes del organismo. Por ejemplo, un prurito general o dificultades respiratorias (asma).
– grave: los síntomas graves ya se han mencionado más arriba. Se habla de reacción o choque anafiláctico. Puede provocar una bajada de tensión muy importante, incluso se puede llegar a una pérdida de consciencia. Urge una visita médica: de una parte para tratar los síntomas, y de otra parte para evitar que se reproduzca (prevención).
Tratamientos
Diferentes clases de medicamentos pueden tratar los síntomas de una alergia. El uso de una clase de medicamentos y de una forma farmacéutica (comprimido, « spray »,…) varía en función del tipo de alergia.
Los antihistamínicos (y medicamentos combinados)
– Antihistamínicos de segunda generación: normalmente con menos efecto sedativo.
– Antihistamínicos de primera generación: con efecto sedativo (somnífero leve)
Les corticoides
-Los corticoides nasales: los corticoides nasales son los medicamentos más eficaces en el tratamiento de las rinitis estacionales (fiebre del heno).
– Los corticoides orales (comprimidos)
Para los casos de alergia más graves. Estos medicamentos deben estar siempre prescritos por médicos.
Los estabilizadores de los mastocitos
Estos medicamentos son menos eficaces que los antihistamínicos clásicos o los corticoides nasales, pero se adaptan bien en caso de embarazo o para los niños. En general hay que esperar algunos días después la toma para apreciar la eficacia de este medicamento.
Los antagonistas de los leukotrienes
Antagonista de los receptores de leukotrienes. A pesar de su precio elevado, este tratamiento puede resultar eficaz después de algunos días.
La inmunoterapia
La inmunoterapia se desarrolla en consultorio médico (como se ve en la foto más arriba) por un especialista (inmunólogo): primero se busca el alérgeno y después se trata de “habituar” el organismo al alérgeno por repetición para que el organismo ya no reaccione. Hablarlo con el médico o farmacéutico para más información.
Fitoterapia
Los síntomas de una alergia pueden diferir según el tipo de alergia. En la medicina alopática (tradicional, con medicamentos), en caso de alergia se atacan los síntomas desarrollados: una dermatitis (eccema, prurito, rojez,…), una rinitis alérgica (moquillo, estornudos, lagrimeo), etc.
En la medicina alternativa, es posible tratar los síntomas utilizando un remedio por síntoma, disminuyendo o evitando les efectos secundarios de un medicamento alopático.
En el caso por ejemplo del cardiospermum, una planta utilizada en homeopatía contra les afecciones de la piel, puede ayudar a disminuir los picores, el eccema. Se trata de la cortisona natural, sin todos sus inconvenientes.
En caso de congestión nasal, el uso del ciprés está aconsejado.
En caso de asma, tenemos el hisopo. Sin embargo, el uso del hisopo se hace de manera complementaria al tratamiento de un asma alérgica. Por lo tanto, no se debe utilizar este remedio solo sin que el asma alérgica no haya sido evaluada por un médico.
Algunas plantas medicinales utilizadas en fitoterapia contra la alergia:
– la petasita (Petasites hybridus) en forma de comprimido puede tener la misma eficacia que los medicamentos a base de cetirizina.
– la hoja de ortiga en forma de infusión permite evitar los estornudos, la nariz congestionada y el prurito.
– la manzanilla dulce (o de Castilla) en forma de infusión puede atenuar las inflamaciones nasales.
Aceites esenciales y alergia
Los aceites esenciales son una buena alternativa en caso de alergia. El aceite esencial utilizado dependerá según el tipo de alergia.
En caso de alergia vinculada a la piel, se aconseja aplicar 1 gota de aceite esencial de manzanilla romana en la piel 3 veces al día.
En caso de rinitis alérgica, ya sea estacional o anual, hay que privilegiar el aceite esencial de estragón. Este aceite esencial se toma por vía interna, a razón de una gota 3 veces al día. Como todo aceite esencial por vía oral, es importante diluirlo en miel (mejor que en un terrón de azúcar porque es muy calórico) o poner una gota en un comprimido neutro que se mantiene en boca. Esta práctica permite una mejor absorción del aceite esencial.
En principio los aceites esenciales no deben utilizarse en los niños pequeños, ni durante el embarazo ni la lactancia. Pedir consejo al farmacéutico o médico.
Homeopatía
Cuando la alergia se debe al polen, es posible empezar el tratamiento homeopático un mes antes de la llegada del polen en cuestión, para evitar o disminuir la reacción alérgica. En general, se toma 1 dosis de polen 15CH 1 vez por semana, 1 mes antes de la exposición al polen.
En homeopatía, también es posible tratar las alergias. Para hacerlo, es importante ponerse en manos de un homeópata.
Para más información sobre la medicina a base de plantas, a menudo utilizada en complemento de otros tratamientos, pedir consejo a vuestro médico o farmacéutico.
Buenos consejos
– Sacar las alfombras y las cortinas del hogar (si es posible) porque atraen especialmente el polen, el polvo y los pelos.
– Cuando la alergia se debe al polvo, se recomienda tener el hogar lo más limpio posible. Para evitar el contacto con el polvo, se aconseja usar guantes y mascarilla para hacer la limpieza. Un robot aspirador puede resultar útil para disminuir al máximo la exposición al alérgeno.
– Lo mismo se puede aplicar en caso de una alergia a los pelos de animales. En este caso preciso, está desaconsejado tener animales en casa.
– Atención para los conductores: La alergia por sí misma, o ciertos medicamentos contra la alergia, pueden producir somnolencia. No coger el volante en caso de sentirse muy cansado.
– En caso de fiebre del heno, consultar nuestra página especial sobre los buenos consejos en caso de fiebre del heno.
– En caso de alergia a las picaduras de avispas o de alergia alimentaria grave, es indispensable tener siempre a mano un autoinyector de adrenalina. Las reacciones alérgicas debidas a este tipo de alergia son muy violentas y pueden provocar un choque anafiláctico, e incluso la muerte si no se toman medidas urgentes. Hay que conocer bien cómo emplear estos autoinyectores de adrenalina. El entorno de la persona alérgica también debería conocerlo, para poder reaccionar rápidamente en caso necesario. Además, es importante controlar la fecha de caducidad del autoinyector ya que suele ser bastante corta.
Prevención
Para prevenir las alergias es importante conocer el alérgeno que las provoca, con el fin de evitar la exposición a este.
– En caso de rinitis alérgica estacional (o de fiebre del heno) se desaconseja salir cuando la tasa de polen es elevada en el aire (cuando hay viento, por ejemplo). Si eso no es posible, se aconseja llevar gafas, con el fin que los pólenes no lleguen a los ojos y provoquen lagrimeo.
– La ventilación del dormitorio es importante, pero debe hacerse temprano por la mañana, momento del día donde la carga en pólenes es más débil. Mantener las sábanas y fundas nórdicas limpias, ventilarlas lo máximo posible (si se puede, un momento todos los días) dejándolas al aire libre y al sol.
– Para limitar el riesgo de alergia, utilizar preferentemente productos de limpieza naturales a los químicos para limpiar el hogar, así como privilegiar el uso de un aspirador con filtro de partículas para eliminar todo el polvo.
– Se recomienda lavarse el pelo a menudo, con el fin de eliminar los pólenes retenidos en la cabellera.
– Para las personas alérgicas a ciertos alimentos, es vital que se avise al cocinero de los restaurantes (o al anfitrión en caso de ser invitado a una fiesta).
– Los recién nacidos de padre y/o madre con alergia, se aconseja darles leche hipoalergénica, llamada HA, para que éstos no sean expuestos a los alérgenos desde el nacimiento. Esta práctica permite disminuir el riesgo de desarrollar una alergia en los niños.