Zumo de remolacha
Para tratar la hipertensión, para los deportistas (aumenta el rendimiento deportivo, sobretodo la resistencia), para reducir el colesterol (malo o LDL). Insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada (leer en «Observaciones»).
– 2 o 3 remolachas peladas
– (2 zanahorias; a gusto del consumidor)
– Una batidora o, mejor, una licuadora para obtener un zumo más líquido (como en “zumo de zanahoria”).
– Agua
– Meter las remolachas (y las zanahorias) en la licuadora o en la batidora (en este caso, añadir unos 150 ml de agua a las hortalizas).
– Batir durante unos minutos hasta conseguir un zumo homogeneo; o licuar.
– Añadir un poco de agua para obtener un zumo más líquido.
– Si se prefiere, se puede meter el zumo en la nevera durante unos 10 minutos para darle más consistencia.
Tomar un vaso de zumo de remolacha una vez al día, por ejemplo por la mañana.
Almacenamiento: Tomar de inmediato o guardarlo unas horas en la nevera.
Nota sobre el consumo de este zumo:
Se aconseja que, sobretodo al principio, se consuma este zumo un poco diluido y en pequeñas dosis (unos 100 ml) porque puede irritar los intestinos. Por esta razón, conviene un tiempo de adaptación. Antes de empezar una cura a base de zumo de remolacha, consultar un profesional de la salud (médico, nutricionista o farmacéutico especializado en nutrición).
Observaciones sobre la eficacia científica del zumo de remolacha:
Insuficiencia cardíaca:
– Beber 1 zumo de remolacha al día mejora la resistencia y disminuye la presión sanguínea en los participantes de 69 años o más que sufren de insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada (ICFE-P), según un estudio publicado el 10 de febrero de 2016 en la versión en línea de la Journal of the American College of Cardiology-Heart Failure realizado por el Wake Forest Baptist (centro médico en Winston-Salem, en Carolina del Norte).
– Investigadores de la Universidad de Indiana en los Estados Unidos descubrieron que el zumo de remolacha aumentaba significativamente la duración del ejercicio, la potencia máxima y la absorción de oxígeno durante el ejercicio en 8 participantes que sufrían de insuficiencia cardíaca con una disminución de la fracción de eyección, que afecta un 50% de las personas que sufren de insuficiencia cardíaca. La capacidad para hacer ejercicio es un factor clave ligado a la calidad de vida, e incluso a la supervivencia de estos pacientes. Este estudio se publicó en la edición impresa en febrero de 2018 de la revista científica Journal of Cardiac Failure (10.1016/j.cardfail.2017.09.004).
Ejercicio físico y lucha contra la hipertensión:
– Un equipo científico también del Wake Forest Baptist demostró en 2017 que beber zumo de remolacha antes de la práctica de ejercicio físico mejora el funcionamiento del cerebro de personas mayores, y mejora también la práctica de ejercicios. Dicho de otra forma, el cerebro se “rejuvenece” gracias al zumo de remolacha. Este estudio se publicó en 2017 en la revista especializada Journals of Gerontology: Medical Sciences. El estudio se realizó en 26 hombres y mujeres de más de 55 años que no practicaban ejercicio de forma regular y con hipertensión. Según los investigadores, el óxido nítrico (NO) es el responsable de los efectos beneficiosos en el cerebro. Se sabe que el nitrato, que se encuentra en gran cantidad en el zumo de remolacha, es transformado en el organismo en óxido nítrico (NO). Esta última es una molécula con un importante efecto hipotensor.
El Wake Forest Baptist demostró en 2010 que el zumo de remolacha aumentaba el flujo sanguíneo del cerebro en las personas mayores; este estudio fue el primero en demostrar una relación entre el zumo de remolacha y el flujo sanguíneo del cerebro, y se publicó en la revista científica Nitric Oxide: Biology and Chemistry.
– Un estudio publicado en la revista científica Hypertension en 2008 ya demostró el efecto hipotensor del zumo de remolacha.
– A finales de 2014 un estudio británico realizado por la Queen Mary University of London (QMUL) con 64 participantes que sufrían de hipertensión, demostró que el consumo diario de 250 ml de zumo de remolacha durante 4 semanas permitía bajar de 8 mm Hg la tensión sistólica y de 4 mm Hg la tensión diastólica.
El nitrato que se encuentra en cantidad importante en el zumo de remolacha se transforma en el organismo en óxido nítrico (NO), una molécula con un importante efecto hipotensor.
Para la Prof. Ahluwalia, que llevó a cabo este trabajo de investigación : “La posibilidad de poder utilizar un producto natural, y poder prescindir de medicamentos, para hacer bajar la tensión es muy interesante”. Sin embargo, la Profesora estima que el estudio debe realizarse sobre un mayor nombre de participantes y en un periodo de tiempo más largo para asegurarse del efecto de la remolacha sobre la tensión arterial a largo plazo. Según los investigadores, se trata del primer estudio que muestra un efecto a largo plazo del zumo de remolacha sobre la tensión.
Algunos años antes otro estudio, también de origen británico, había demostrado que beber 500 ml de zumo de remolacha bajaba la tensión arterial una hora después de su consumo. El efecto de la remolacha sobre la tensión duraba entre 3 y 4 horas. Este trabajo de investigación fue realizado por la Universidad de Exeter y la Queen’s University de Belfast (Irlanda del Norte, Reino Unido).