Cistitis
Guía: Qué hacer en caso de cistitis ?
1. La primera recomendación a adoptar desde los primeros síntomas de la cistitis es beber mucho: beber rápidamente en 1 hora aproximadamente 1 litro de agua o infusiones a base de plantas medicinales (por ejemplo 3 tomas de 3,3 dl cada 20 minutos). El objetivo es diluir las bacterias, sobre todo a nivel de la vejiga, y facilitar la evacuación del tracto urinario.
Está científicamente demostrado que beber de forma abundante resulta una medida muy eficaz, tanto en la prevención de las cistitis de repetición como en el tratamiento.
2. Después hay que consultar un médico que va hacer una anamnesis o análisis de orina para confirmar si se trata de una cistitis o no. Si se detectan bacterias responsables de esta infección, prescribirá antibióticos. El médico también puede prescribir antiinflamatorios para calmar el dolor. La D-manosa (leer en Tratamientos), un azúcar natural, es una alternativa eficaz para prevenir las cistitis de repetición no complicadas (más de 3 episodios de cistitis al año).
También es posible comprar un test de autocribado precoz en la farmacia. Este test permite confirmar la presencia de bacterias y/o glóbulos blancos en la orina. En caso de test positivo hay que ver un médico, que seguramente prescribirá antibióticos.
3. Finalmente, se puede completar la terapia clásica (antibióticos) con remedios a base de plantas diuréticas. Beber zumos varias veces al día, como por ejemplo zumo de arándano.
Definición
Una cistitis aguda no complicada es una inflamación y una infección de la vejiga.
Se trata de una enfermedad infecciosa provocada principalmente por bacterias (en un 80% de los casos provocada por enterobacterias de tipo Escherichia coli) que suben por las vías urinarias hasta la vejiga.
El término « cistitis » proviene del griego antiguo cysto que significa “vejiga” e itis “inflamación”.
La causa principal de las cistitis es la contaminación por materias fecales.
Epidemiología
Las mujeres y la cistitis:
– Las cistitis afectan más a menudo las mujeres que los hombres, ya que las cistitis se deben en gran parte a las diferencias anatómicas: el hombre tiene, entre otras cosas, una uretra más larga, lo que permite una mejor protección. De promedio, la uretra femenina mide 4 cm y la del hombre 20 cm. En el hombre la probabilidad que las bacterias suban hasta la uretra para alcanzar la vejiga es más bien baja. Además la uretra de la mujer es bastante cercana al ano, otro factor que explica la mayor frecuencia de la cistitis en la mujer.
– El riesgo de sufrir cistitis o infección urinaria en la mujer es 8 veces más elevado que en el hombre. Algunas fuentes hablan incluso de un riesgo de 10 a 20 veces más elevado en la edad adulta.
– Un 10%-20% de las mujeres sufren de cistitis todos los años, lo que hace que sea una de las primeras causas de consultación médica.
– Se estima que el 40%-60% de las mujeres sufrirán de cistitis o de infección urinaria al menos una vez en su vida.
– Además un 10% de las mujeres que sufren cistitis pueden verse afectadas más adelante de cistitis de repetición.
Los hombres y la cistitis:
– Un estudio americano publicado a finales de 2013 demostró que los hombres tienen un riesgo más elevado de ser hospitalizados en caso de cistitis. Según los investigadores, se trata principalmente de hombres mayores que se encuentran ingresados en el hospital para recibir un tratamiento antibiótico.
Causas
Las cistitis están causadas en general por bacterias (en un 80% de los casos por Escherichia coli) que suben por las vías urinarias (por la uretra para alcanzar la vejiga). Ciertas situaciones pueden favorecer su desarrollo:
– Una higiene incorrecta de las zonas íntimas de la mujer (a menudo provocada por la contaminación de bacterias fecales).
– Malformaciones del aparato urinario.
– Cálculos (por ej. cálculos urinarios).
– Diabetes.
– Las relaciones sexuales en la mujer (“síndrome de la luna de miel”). Gabriel Schär, profesor de ginecología, médico y jefe de servicio de la clínica para mujeres del hospital cantonal de Aarau (Suiza), explica por qué: «La fricción ocasionada por una relación sexual permite a las bacterias intestinales de pasar más fácilmente de la región anal a la región vaginal hasta la uretra y la vejiga. Los gérmenes se arriman a la pared de la vejiga provocando así una infección.»
– Las sondas urinarias, como un catéter: el número de personas afectadas por cistitis en un hospital es elevado, muchas veces debido a los catéteres.
– Un embarazo (tras la compresión del feto sobre la vejiga, lo que impide un vaciado completo).
– El estrés.
– El estreñimiento.
– La menopausia. La caída de las hormonas en este periodo disminuye la protección a nivel de la vejiga. Además, durante la menopausia se observa un cambio de pH vaginal, lo que favorece la entrada de Escherichia coli. Un pH bajo (ácido) impide la entrada de bacterias no deseadas en la vagina.
– Los espermicidas que se encuentran, por ejemplo, en los preservativos. Aumentan el riesgo de infecciones urinarias.
– Casos de cistitis en la familia (predisposición genética).
Mecanismo de fijación de E. coli en el tracto urinario
Un estudio suizo publicado en marzo de 2016 en la revista Nature Communications ha permitido comprender mejor cómo la bacteria E. coli permanece fijada en el tracto urinario. Esta fijación se realiza gracias a una proteína llamada FimH situada en el extremo del apéndice de la bacteria E. coli. Esta proteína se fija en los azúcares de las células del tracto urinario, incluso en caso de flujo urinario la bacteria permanece adherida. Cuando el flujo urinario disminuye, la bacteria llega “nadando” hacia arriba y también puede subir por la uretra hasta llegar a la vejiga. Este estudio ha sido realizado conjuntamente por la Universidad de Basilea y la Escuela Politécnica de Zúrich (ETH), dos instituciones suizas de referencia.
Foto: E. Coli en 3D con sus filamentos (o apéndices)
– Un estudio danés publicado en agosto de 2016 en la revista científica mBio, demostró que la bacteria E. Coli llega a modificar su forma y se vuelve extremadamente larga (un proceso conocido con el nombre inglés filamentation; ver foto más abajo) como estrategia de supervivencia. Como consecuencia, la bacteria mejora su capacidad para fijarse en la pared de la vejiga y su eliminación por la orina disminuye. Interrogado par Creasalud en agosto de 2016, el Prof. Møller-Jensen de la universidad del sur de Dinamarca (que llevó a cabo este estudio) precisa que la bacteria E. Coli es capaz de alargarse más de 100 veces, lo que aumenta de forma dramática su adherencia a las células de la vejiga. El profesor danés afirma que bloqueando la formación de estos filamentos es posible aumentar la eliminación bacteriana por la orina y de esta forma limitar las cistitis, especialmente las de repetición.
Personas con riesgo
Las mujeres se ven especialmente afectadas por cistitis, ya que tienen un aparato urinario que favorece la contaminación por bacterias.
Todas las mujeres pueden sufrir cistitis, pero ciertas mujeres son más sensibles:
– Especialmente las mujeres mayores, ya que la producción hormonal (que ejerce un efecto protector) disminuye.
– Las niñas pequeñas que todavía no tienen una higiene adecuada (limpiarse correctamente, etc.).
Señalamos que los hombres se ven menos afectados por este problema; sin embargo, aquellos que tienen problemas de próstata sufren más cistitis.
Síntomas
Los síntomas de la cistitis pueden ser:
– unas ganas constantes de orinar, en algunos casos cada 2 minutos aproximadamente.
– un volumen de orina a menudo poco importante (polaquiuria). No es extraño que el flujo sea solamente de algunas gotas.
– una emisión de orina difícil y (muy) dolorosa (disuria), asociada en general a sensaciones de quemazón al orinar.
– la orina puede ser turbia. De hecho, en una cistitis la bacteria E. coli llega al tracto urinario, se fija en la pared o en la parte interna de la vejiga, crece y provoca una inflamación. El organismo responde rechazando la capa externa de las células de la vejiga y evacúa la mayor parte de las bacterias en la orina, lo que provoca una orina turbia típica de una infección urinaria como la cistitis.
Se pueden declarar dolores a nivel de espalda y del bajo vientre.
En caso de cistitis, a veces la orina huele mal.
También es posible sentir una sensación persistente de vejiga llena. La presencia de sangre en la orina es en general signo de una cistitis.
Una cistitis no suele tener consecuencias graves pero en algunos casos puede conducir a complicaciones, como por ejemplo el desarrollo de infecciones renales. En caso de síntomas sospechosos (sangre en la orina), hablarlo lo antes posible con el médico.
Normalmente la cistitis no conlleva fiebre. Este síntoma caracteriza en general la pielonefritis, una complicación grave de la cistitis.
Cistitis en personas mayores y delirio
En las personas mayores (80 años o más), los síntomas clásicos de una cistitis como las ganas constantes de orinar a menudo pueden ser inexistentes, lo que complica mucho el diagnóstico. Sin embargo, la persona mayor puede presentar síntomas como confusión, trastornos de la memoria, delirio e incluso alucinaciones. La agitación y el vértigo son otros síntomas posibles. El delirio puede caracterizarse, por ejemplo, por el olvido del nombre de los nietos, agresividad, un comportamiento extraño, etc. El origen de este delirio proviene de un cambio en el sistema inmunitario de la persona mayor.
Estos síntomas mentales preceden a menudo los síntomas típicos de la cistitis, como el dolor o las ganas frecuentes de orinar e incluso a veces pueden ser los únicos síntomas de la cistitis en la persona mayor.
Igual como en las personas más jóvenes que sufren cistitis, el tratamiento en personas mayores consiste en administrar antibióticos para tratar la infección.
Diagnóstico
El diagnóstico de cistitis puede hacerse con una anamnesis o, en determinados casos críticos (embarazo), exámenes clínicos (por ej. cultivo urinario o análisis de orina).
El examen clínico puede basarse sobre todo en un análisis de la orina para controlar la presencia de nitritos. Éstos, son liberados por las bacterias y provocan cistitis.
Crítica de las pruebas de diagnóstico basados en el cultivo de orina: prácticamente todas las mujeres con síntomas sufren una infección bacteriana
La mayoría de mujeres con síntomas típicos de infección del tracto urinario (ITU) como la cistitis, es decir, que sufren dolor durante la micción y que tienen una necesidad frecuente o urgente de orinar, probablemente tienen una infección bacteriana (en general causada por E.Coli) aunque ninguna infección haya sido detectada mediante una prueba de análisis de cultivo de orina. Esta última se suele realizar en laboratorio y no en un consultorio médico.
Estas conclusiones provienen de un estudio realizado por la Universidad de Gante (Bélgica) y publicado en la revista Clinical Microbiology and Infection en abril de 2017. Investigadores belgas utilizaron un método más sensible llamado “reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa” (en inglés: quantitative polymerase chain reaction o qPCR) y descubrieron que el 98,2% de las mujeres que presentaban los síntomas típicos de la ITU padecían, en realidad, una infección bacteriana. Al mismo tiempo se utilizaron las pruebas estándares de cultivo de orina, y esta cifra fue de sólo 80,9%. Más de 300 mujeres belgas participaron en este estudio.
Las recomendaciones (guidelines) holandesas para las infecciones urinarias afirman que una mujer puede reconocer con facilidad los síntomas de una infección del tracto urinario (ITU) como la cistitis, si ya ha padecido una ITU en el pasado. Esto significa que los signos clínicos (síntomas) toman cada vez más importancia que las pruebas químicas o biológicas en búsqueda de bacterias.
El médico también puede realizar una ecografía.
Complicaciones (pielonefritis)
Es raro que una cistitis se complique.
Sin embargo, en algunos casos y cuando el tratamiento es inadecuado o inexistente, las bacterias pueden subir a nivel de riñón y provocar una nefritis o pielonefritis.
Este tipo de complicación es grave, ya que puede poner el riñón en peligro.
Una cistitis mal tratada también puede acabar con una sepsis.
¿Cuándo consultar el médico?
Es absolutamente necesario consultar un médico en caso de presencia de sangre en la orina, dolores fuertes o fiebre elevada; si la cistitis continua con dolor o con fiebre durante tres días; cistitis en un hombre (riesgo de hiperplasia benigna de próstata); cistitis en un niño o cistitis en una mujer embarazada.
En caso de cistitis de repetición también se aconseja consultar un médico.
Tratamientos (medicamentos)
El médico, después de hacer un diagnóstico y de haber descartado el riesgo de complicaciones, puede prescribir antibióticos tipo norfloxacina en un tiempo de tratamiento corto (en toma única o en 3 días). También se pueden prescribir otras clases de antibióticos como la amoxicilina e incluso la fosfomicina. Se trata de medicamentos antibióticos con receta médica.
La fosfomicina presenta determinadas ventajas comparada a otras clases de antibióticos:
– Un solo comprimido a base de fosfomicina, en general, permite tratar una cistitis.
Sin embargo, un estudio suizo publicado en 2018 demuestra que la nitrofurantoína es bastante más eficaz contra la cistitis que la fosfomicina. En este estudio realizado especialmente por la Universidad de Ginebra, 513 mujeres de edades entre 18 y 101 años y residentes en Suiza, Israel o Polonia fueron sometidas mediante sorteo a un tratamiento por fosfomicina, o a un tratamiento por nitrofurantoína. Los investigadores realizaron pruebas en las participantes a nivel de bacterias antes de la toma del medicamento, a los 14 y a los 28 días después de la toma del tratamiento, con el objetivo de observar la erradicación de las bacterias infecciosas. Los científicos constataron que el 70% de las participantes respondieron positivamente a la toma de nitrofurantoína, con el 74% de las bacterias erradicadas; sin embargo, solo el 58% de las participantes tratadas con fosfomicina respondieron positivamente, con un 63% de las bacterias erradicadas. Este estudio fue publicado en línea el 1 de mayo de 2018 en la revista científica JAMA (10.1001/jama.2018.3627).
Sin embargo, hoy en día la Sociedad Suiza de Enfermedades Infecciosas recomienda indistintamente la nitrofurantoína o la fosfomicina como tratamiento de primera elección. El tratamiento recomendado es un poco diferente al propuesto por los HUG, es decir, 100 mg de nitrofurantoína 2 veces al día durante 5 días, o 3 g de fosfomicina en una única toma.
– La tasa de resistencia a los antibióticos es más baja que la de otras clases de antibióticos (sobre todo comparado con las quinolonas)
– La fosfomicina presenta menos efectos secundarios, como diarrea o náuseas
– La acción de este antibiótico es más específica: la fosfomicina impide la fijación de la bacteria (responsable de la cistitis) en las paredes de la vejiga.
Recomendaciones de restricción del uso de quinolonas, debido al aumento de resistencias
Debido al aumento de las bacterias resistentes a las quinolonas, así como a otros tipos de antibióticos a menudo utilizados contra las cistitis (por ej. la cefuroxima y el cotrimoxazol), expertos europeos y americanos proponen desde 2011 recomendaciones de restricción del uso de quinolonas en caso de infecciones urinarias (IU) bajas y no complicadas: una cistitis aguda en la mujer no embarazada sin patología urinaria conocida y sin fiebre (Pharmavista.net, junio de 2011).
El Hospital Universitario de Ginebra (HUG) propone el siguiente tratamiento en caso de IU bajas no complicadas en la mujer (sin fiebre, sin embarazo y sin malformaciones de las vías urinarias):
– Primera opción: cápsulas de nitrofurantoína de 100 mg, 3 veces al día durante 5 días
– Segunda opción: 3 g de fosfomicina en dosis única
Importante: como para todo tratamiento antibiótico, hay que respetar la duración del tratamiento, aunque ya no existan síntomas o dolores asociados a la cistitis; es necesario continuar la terapia indicada por el médico hasta el final, en caso contrario, se contribuye a aumentar la resistencia a los antibióticos en nuestra sociedad.
– La ciprofloxacina es otro antibiótico (diferente de la nitrofurantoína o de la fosfomicina) indicado en caso de cistitis, pero solo debe ser utilizado en caso de infecciones graves. De hecho, la ciprofloxacina es un antibiótico de nueva generación del que se ha abusado, especialmente en los años 2000, y ha provocado resistencias. En 2018 la Universidad de Ginebra estimaba en un comunicado de prensa publicado en mayo de 2018 que hasta un 20% de la población bacteriana era resistente a la ciprofloxacina.
– En 2018, según la Universidad de Ginebra, el antibiótico más prescrito contra la cistitis (en todo caso en Suiza) es la fosfomicina. La razón es que la toma de fosfomicina para luchar contra la cistitis es muy simple: un sobre de este antibiótico en una única toma. La nitrofurantoína (otro antibiótico indicado contra la cistitis) es 3 veces menos prescrita que la fosfomicina (en todo caso en Suiza). La razón principal es que la toma de la nitrofurantoína es más complicada que la toma de fosfomicina: 1 comprimido 3 veces al día durante 5 días.
Menopausia e infecciones urinarias
Después de la menopausia hay médicos que prescriben estrógenos (por ejemplo, por aplicación vaginal) para prevenir el riesgo de infecciones del tracto urinario y, sobre todo, de cistitis en la mujer.
Analgésicos – Antiinflamatorios
Para combatir el dolor asociado a la cistitis también se puede tomar antiinflamatorios.
Antiespasmódicos
También se puede tomar antiespasmódicos contra los espasmos desde los primeros síntomas de cistitis.
¿Vacunas contra la cistitis?
Hasta el momento (2018) no existen vacunas (en el buen sentido del término) en el mercado contra la cistitis, pero algunos estudios han demostrado que es posible desarrollar una vacuna (con la cepa E. coli) contra las cistitis y otras infecciones urinarias. Los resultados en ratones han sido buenos; probablemente en el caso del hombre habrá que esperar todavía algunos años.
Tratamiento de las cistitis de repetición
En caso de más de 3 episodios de cistitis al año, se habla de cistitis de repetición.
Antibióticos
Para tratar una cistitis de repetición el médico puede, por ejemplo, prescribir bajas dosis de antibiótico para tomar todos los días durante 6-12 meses. En los casos graves de cistitis o de infección urinaria, la duración de una terapia antibiótica a bajas dosis puede durar hasta 5 años.
Algunos médicos, principalmente americanos, recomiendan tomar un comprimido o una cápsula de antibiótico después de cada relación sexual. Esta recomendación no aumenta los casos de resistencia a los antibióticos ni los casos de candidiasis vaginales.
Manosa, remedio natural en caso de cistitis de repetición
La manosa es una alternativa interesante a los antibióticos para el tratamiento de la cistitis de repetición no complicada, ya que se fija a la proteína FimH de las bacterias E. coli (leer en Causas más arriba para comprender mejor la proteína FimH y su papel en la cistitis). La manosa es un azúcar simple (monosacárido) que se puede comprar en farmacias, por ejemplo en forma de D-manosa. La posología para la prevención de la cistitis es de 2 gramos al día que se disuelven simplemente en un vaso de agua. Se aconseja una cura con D-manosa durante 6 meses para una prevención prolongada.
La manosa actúa como un antagonista natural de la proteína FimH. Un estudio croata de 2014, realizado en más de 300 mujeres (enlace del estudio), ha demostrado que la manosa es igual de eficaz que los antibióticos para la prevención de infecciones urinarias recurrentes. La manosa tiene menos efectos secundarios que los antibióticos; un efecto secundario posible con este azúcar es la diarrea.
Fitoterapia (plantas medicinales)
Existen varias plantas medicinales para prevenir y tratar la cistitis.
Sin embargo, estas plantas se deben tomar con el consejo de un especialista (farmacéutico, médico) que juzgará la importancia en función de los síntomas, de la frecuencia y de la duración de la cistitis.
De hecho, casi siempre el médico prescribe una antibioterapia ya que se trata de una infección bacteriana.
Más abajo se encuentran las plantas más utilizadas contra las cistitis en prevención y en tratamiento.
Plantas utilizadas en prevención de las cistitis (cistitis de repetición, por ej.)
– Los arándanos rojos, utilizados en forma de zumo.
– El arándano rojo grande (o cranberry), utilizado en forma de zumo o de cápsula. Sin embargo, según un estudio americano de finales de 2010 el cranberry no es más eficaz que cualquier otro zumo. Este estudio ha demostrado que se trata sobre todo del hecho de beber mucho que ayuda a prevenir y tratar la cistitis. Otro estudio de 2005 también pone en duda la eficacia científica del cranberry.
Plantas para tratar las cistitis
– El abedul, utilizado en forma de infusión o en cápsula.
– La brezo, utilizado en forma de cápsula.
– La ortiga (en hoja), utilizada en forma de infusión o en cápsula.
– La cola de caballo, utilizada en forma de infusión o en cápsula.
– La gayuba, utilizada en forma de infusión o en cápsula.
Leer también « infusión anticistitis » (mezcla de plantas medicinales en forma de infusión)
Remedios caseros
– Vinagre de sidra
– Infusión anticistitis
– Infusión de gayuba
– Agua de limón rica en sales de bicarbonato. Añadir un poco de zumo de limón con agua mineral, rica en sales de bicarbonato. Las sales de bicarbonato permiten alcalinizar la orina y el zumo de limón actúa como antibacteriano.
Buenos consejos
– Beber mucho: de 1,5 a 2 litros de líquido al día; como en caso de un enfriamiento, beber permite una dilución y una eliminación de los gérmenes infecciosos, en este caso de las bacterias. Esta acción es especialmente eficaz a nivel de las vías urinarias y de la vejiga.
Evitar las sodas u otras bebidas gaseosas, privilegiar el agua, zumos o infusiones a base de plantas medicinales contra las cistitis.
Es importante beber muy rápido desde los primeros síntomas de la cistitis, aproximadamente 1 litro de líquido en 1 hora de tiempo (por ej. 3,3 dl cada 20 minutos: en tres tomas). El objetivo es diluir los gérmenes, sobre todo a nivel de la vejiga y facilitar su evacuación del tracto urinario. Beber en abundancia es una medida muy eficaz demostrada científicamente, tanto en prevención de cistitis recurrentes o como en tratamiento.
– También se puede aplicar una bolsa de agua caliente en la parte baja del abdomen para aliviar el dolor durante la cistitis.
Prevención
– Beber mucho (al menos 1 litro todos los días). Con el propósito de prevenir las cistitis de repetición, se puede beber zumos (250 ml todos los días) a base de plantas con bayas (arándanos rojos, cranberry). Sin embargo, estos zumos (sobre todo el de cranberry) no parecen ser mucho más eficaces que el agua (según estudios científicos publicados en 2005 y en 2010).
– Combatir el cansancio y el estrés, ya que pueden ser responsables de la aparición de cistitis y debilitan el sistema inmunitario. Tomar reconstituyentes o vitaminas para reforzar el sistema inmunitario.
– Aumentar las defensas inmunitarias alimentándose de forma sana con frutas (ricas en vitaminas, pero evitar los cítricos) o con probióticos (yogures, lactobacilos…), tomar sesiones de sauna, etc.
También se pueden tomar medicamentos a base de equinácea, de vitamina C o medicamentos inmunoestimulantes a base de extractos de gérmenes como la bacteria E. coli para reforzar el sistema inmunitario.
– En cuanto a la alimentación y cistitis, según un Internauta de Creasalud.com (Laya): “Se deberían evitar los cítricos (todos los cítricos) ya que estas frutas vienen de un país donde se recolectan sin estar maduros, maduran en el país de llegada pero conservan toda la acidez. Este exceso de ácido no lo soporta todo el mundo (dolor de estómago o ¡cistitis!) así que hay que evitar todos los cítricos (ni siquiera en zumo). Este régimen me ha ayudado muchísimo”.
– Tras las primeras relaciones sexuales en la vida de una mujer puede que queden restos de himen que impidan una buena evacuación de la orina, lo que puede provocar cistitis. Es por esa razón que algunas mujeres observan una disminución e incluso el cese de las cistitis después de haber dado a luz por primera vez. Siempre que el parto se realice por vía vaginal ya que permite evacuar de forma natural los restos de himen. En algunos casos el médico puede proponer una operación para retirar de forma quirúrgica estos restos de himen.
– Vestirse con ropa cálida para no pasar frío y evitar la ropa interior ajustada, demasiado corta o sintética (privilegiar la ropa interior en algodón). Hay que decir que las tendencias de moda no ayudan a las chicas que se visten a menudo con ropa que no cubre la barriga (sobre todo en invierno) ya que, como por los enfriamientos, el frío fragiliza el sistema inmunitario y aumenta así el riesgo de tener una cistitis.
– Cambiar la ropa interior de forma regular porque puede ser una fuente de agentes infecciosos.
– Tratar y prevenir los problemas de estreñimiento ya que el estreñimiento puede favorecer una fermentación intestinal que podría acabar con una propagación de bacterias hacia las vías urinarias.
– Orinar tan pronto como se sienta la necesidad; no se aconseja “retenerse”, ya que los gérmenes sensibles pueden proliferar más fácilmente.
– Tener una buena higiene íntima: el uso de jabones o agentes cosméticos demasiado irritantes puede favorecer la entrada de agentes infecciosos.
– Evitar el uso de compresas higiénicas, especialmente en mujeres que sufren cistitis de repetición. Privilegiar el uso de los tampones.
– Respectar los consejos de higiene íntima de la mujer: limpiarse desde adelante hacia atrás, en dirección del ano, para evitar contaminar las vías urinarias por agentes infecciosos fecales.
– A veces las relaciones sexuales pueden favorecer la aparición de cistitis: se aconseja ir al baño (vaciar la vejiga) justo antes y justo después de las relaciones, lo que permite una “eliminación” de determinados gérmenes susceptibles de provocar una cistitis.
– Durante la menopausia, hay que saber que una sequedad vaginal sintomática puede favorecer las infecciones urinarias. Hablarlo con el médico si éste es el caso para poder actuar de forma preventiva.
– En caso de cistitis de repetición la acupuntura puede ser una medicina alternativa eficaz. La acción de la acupuntura se basa en una estimulación del sistema inmunitario y en el fortalecimiento de determinados órganos del sistema urinario (por ej. la vejiga). Pedir consejo al acupuntor para orientarse del número de sesiones recomendadas. Según un estudio noruego, 2 sesiones al mes durante 1 mes son suficientes para disminuir las cistitis los 6 meses siguientes de las sesiones de acupuntura.
– Evitar el uso de espermicidas que se encuentran en los preservativos o en los diafragmas. Estas sustancias químicas aumentan el riesgo de cistitis y de infecciones urinarias en general.
Fuentes:
JAMA (DOI: 10.1001/jama.2018.3627), Mayo Clinic.
Redacción documento:
Xavier Gruffat (farmacéutico)
Fecha de la última actualización:
17.07.2020